
Casi todos lo han experimentado: Cocinas, te distraes un momento, y de repente la comida se quema. Pero, ¿es solo un problema de sabor o también es preocupante para la salud?
La comida quemada puede contener sustancias dañinas. Al calentar en exceso los alimentos, se generan sustancias potencialmente cancerígenas como el acrilamida y los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP). Los alimentos ricos en carbohidratos, como el pan, las patatas o los productos de cereales, son especialmente propensos a la formación de acrilamida.
¿Qué son el acrilamida y los PAK?
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acrilamida se produce cuando los alimentos que contienen carbohidratos se calientan a altas temperaturas (por encima de 120°C). Especialmente al freír, asar o hornear, esta sustancia puede formarse. El acrilamida se clasifica como potencialmente cancerígeno y debe evitarse en la medida de lo posible.
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Hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) se forman cuando materiales orgánicos, como grasas o proteínas, se queman bajo una gran influencia de calor. Estas sustancias están presentes especialmente en carne muy asada o quemada y pueden ser perjudiciales para la salud a largo plazo.
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Aminas aromáticas heterocíclicas (AAH) se producen principalmente durante la preparación de carne a temperaturas muy altas. Se generan por la reacción de las proteínas con calor extremo y pueden aumentar el riesgo de cáncer.
¿Qué alimentos no se deberían comer más?
Algunos alimentos quemados son más críticos que otros:
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Productos de patata (papas fritas, chips, papas asadas) – Alto contenido de acrilamida
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Productos de cereales (tostadas, pizza, galletas) – También puede contener acrilamida
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carne y pescado – Puede contener PAK y aminas aromáticas heterocíclicas (HAA)
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verduras y frutas – A menudo menos problemático, pero muy quemado también es incomible.
En principio, se aplica lo siguiente: Cuanto más negro y carbonizado esté la comida, mayor será la probabilidad de sustancias perjudiciales para la salud.
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¿Se puede salvar la comida quemada?
No siempre hay que tirar todo a la basura. A veces, basta con quitar generosamente las partes quemadas. Aquí algunos consejos:
- Con pan o tostadas: La capa quemada se raspa con un cuchillo.
- Con papas fritas o verduras: Desechar las piezas quemadas, el resto suele ser comestible.
- En carne: Cortar las partes carbonizadas, pero en caso de quemaduras fuertes, es mejor no consumir.
¿Cómo se puede evitar que la comida se queme?
Para evitar futuros desastres en la cocina, estos consejos son útiles:
- Usar temperaturas más bajas – Especialmente con alimentos grasos o ricos en carbohidratos
- Revolver regularmente – Especialmente en sopas, guisos o salsas
- Ajustar el reloj de cocina – Evita que se olvide la comida
- Utilizar papel de hornear o sartenes con recubrimiento antiadherente – Reduce el riesgo de que se pegue
¿Comer o tirar?
La comida ligeramente quemada suele ser inofensiva si se eliminan las partes carbonizadas. Sin embargo, los alimentos quemados en exceso no deben consumirse para evitar riesgos para la salud. Quien presta atención a la cocción suave de manera regular puede evitar la acrilamida y otras sustancias nocivas y disfrutar de una alimentación saludable.